lunes, 23 de noviembre de 2009

Dolor de cabeza


cuando un problema se te mete en la cabeza es imposible concentrarte en cualquier otra cosa...
escribo (y paro) pienso o escucho
conversaciones de teléfono
acordarse de gente
palabras que no salen
ideas que no fluyen
neuronas atrofiadas
necesidad de hablar (o no)
tal vez necesidad del silencio
no, el silencio es peor

dudas

las lágrimas que no brotan son las que peor saben

y se escapan sueños
y cuando no hay sueños en la cabeza, las ilusiones se borran
nunca imaginé que una de las causas del dolor de cabeza podría ser la ausencia de sueños e ilusiones
pero sí, duele la cabeza
quizá demasiado dolor como para seguir escribiendo
(pero menos mal que puedo escribir)

espero que no se haya destruído el futuro

jueves, 12 de noviembre de 2009

Tardes de miércoles


Recorrerse medio Madrid en metro.
Llegar a una taquilla cerrada.
Bajar de nuevo a las prufundidades suburbanas.
Acudir diez años después a un concierto en aquellas salas que despertaron tu ilusión por la música (qué sensación esa de bajarse otra vez en una parada que una vez fue asidua y, sin haber pensado ni un momento en ella, descubrirlo todo con ojos de otro tiempo y pasos de otra estatura, y sin embargo con los mismos colores y calles).
Llegar con treinta minutos de antelación y tener que detenerse ante una barrera custodiada por un hombre que sólo puede indicarnos que el aforo está al completo desde las 18.15. Está completo incluso ese lugar que llaman cafetería en donde ni venden café ni ningun otro producto (ni siquiera existen mesas ni barras de cafetería) donde se corrompe la magia del directo (observar un concierto en tiempo real a través de una pantalla de cine y sólo a unos cuantos metros del escenario debería constituir un pecado y sin embargo representa, al menos en mi mente, una tortura. Una tortura que llegué a practicar).
Ante la perspectiva de ser de nuevo engullido por esa serpiente subterránea que recorre el subsuelo madrileño para volver a casa, sólo el último comentario del corpulento guardián dibuja una sonrisa en mi cara:

"Es que hoy tocan obras de Beethoven"