lunes, 23 de noviembre de 2009

Dolor de cabeza


cuando un problema se te mete en la cabeza es imposible concentrarte en cualquier otra cosa...
escribo (y paro) pienso o escucho
conversaciones de teléfono
acordarse de gente
palabras que no salen
ideas que no fluyen
neuronas atrofiadas
necesidad de hablar (o no)
tal vez necesidad del silencio
no, el silencio es peor

dudas

las lágrimas que no brotan son las que peor saben

y se escapan sueños
y cuando no hay sueños en la cabeza, las ilusiones se borran
nunca imaginé que una de las causas del dolor de cabeza podría ser la ausencia de sueños e ilusiones
pero sí, duele la cabeza
quizá demasiado dolor como para seguir escribiendo
(pero menos mal que puedo escribir)

espero que no se haya destruído el futuro

jueves, 12 de noviembre de 2009

Tardes de miércoles


Recorrerse medio Madrid en metro.
Llegar a una taquilla cerrada.
Bajar de nuevo a las prufundidades suburbanas.
Acudir diez años después a un concierto en aquellas salas que despertaron tu ilusión por la música (qué sensación esa de bajarse otra vez en una parada que una vez fue asidua y, sin haber pensado ni un momento en ella, descubrirlo todo con ojos de otro tiempo y pasos de otra estatura, y sin embargo con los mismos colores y calles).
Llegar con treinta minutos de antelación y tener que detenerse ante una barrera custodiada por un hombre que sólo puede indicarnos que el aforo está al completo desde las 18.15. Está completo incluso ese lugar que llaman cafetería en donde ni venden café ni ningun otro producto (ni siquiera existen mesas ni barras de cafetería) donde se corrompe la magia del directo (observar un concierto en tiempo real a través de una pantalla de cine y sólo a unos cuantos metros del escenario debería constituir un pecado y sin embargo representa, al menos en mi mente, una tortura. Una tortura que llegué a practicar).
Ante la perspectiva de ser de nuevo engullido por esa serpiente subterránea que recorre el subsuelo madrileño para volver a casa, sólo el último comentario del corpulento guardián dibuja una sonrisa en mi cara:

"Es que hoy tocan obras de Beethoven"

lunes, 26 de octubre de 2009

Decisión


Después de arduas negociaciones el cuarteto de sabios tomó una decisión.
El ganador de entre los 68 participantes fue el número 63 más conocido como el Kaiser.
Sólo por la segunda de sus historias ya merece la pena.
Espero que pronto esté en las mejores salas de conciertos...



miércoles, 21 de octubre de 2009

Mañanas


Me encantan las mañanas que en vez de sol, amanecen con frío.
Los días que nacen aún dormidos en la oscuridad de la noche.
Las farolas.
Las luces en las ventanas.
El silencio (a veces ni siquiera interrumpido por el canto de los pájaros, que aún duermen).
Y la ligera brisa que se mete por nuestra ropa y que logra que nos acurruquemos en medio de la calle sin que dejemos de andar.
Mañanas que regalan escalofríos.

La combiación de mañana, oscuridad y frío me trae recuerdos de muchos momentos de mi vida, desde mi más lejana infancia hasta aquellos amaneceres que anunciaban estudio mientras recorría con los ojos (y con las piernas) la playa de La Concha.
Hay cosas que nunca cambian.
El tiempo pasa.
El frío de las mañanas se mantiene constante.

lunes, 12 de octubre de 2009


"Habíamos entrado en la inmensa llanura de Serengeti, la más grande concentración de animales salvajes. Mirásemos por donde mirásemos, por todas partes aparecían nutridas manadas de cebras, antílopes, búfalos, jirafas... Y todas estas bestias se pasan la vida paciendo, correteando, brincando y galopando. Unos cuantos leones permanecían inmóviles al borde de la carretera, algo más lejos se veía una manada de elefantes y mucho más alejado, casi en la línea del horizonte, un leopardo corriendo a grandes saltos elásticos. Todo aquello parecía increíble, inverosímil. Como si uno asistiera al nacimiento del mundo, a ese momento particular en que ya existen el cielo y la tierra, cuando ya hay agua, vegetación y animales salvajes pero aún no han aparecido Adán y Eva. Y precisamente aquí se contempla ese mundo recién nacido." (...)



"En nuestro coche, aparte de dos reporteros locales y de mí, también viajan tres soldados. Han colgado sus kaláshnikov sobres sus hombros desnudos (hace mucho calor, así que se han quitado las camisas). Se llaman Onom, Semakula y Konkoti. El mayor de ellos, Onom, tiene diecisiete años. Leo a veces que en América o en Europa un niño ha disparado sobre otro niño. Que ha matado a uno de su misma edad o a un adulto. Este tipo de información suele ir acompañado de expresiones de estupefacción y espanto. Pues bien, en África los niños llevan años, muchos, mucho tiempo, matando a otros niños, y en masa. A decir verdad, las guerras contemporáneas que se libran en este continente son guerras de niños." (...)

Mi callejón 1967


"Sobre las cabezas, sobre las espaldas, bajo los hombros traen trozos de hojalata, de madera, de contrachapado, de plástico, de cartón, de carrocerías y de cajas y lo juntan todo, lo montan, clavan y pegan, obteniendo algo intermedio entre una caseta de perro y unas cabañas cuyas paredes acaban formando un collage de chabolismo, espontáneo y archiabigarrado. Para tener sobre qué dormir -pues a menudo el suelo es un lodazal cenagoso a unas piedras afiladas- forran la estancia con hierba de elefante, hojas de plátanos, rafia o paja de arroz. Estos barrios, estos monstruosos papier-mâché africanos están hechos de cualquier cosa y son ellos, y no Manhattan o la Défense parisiense, la máxima creación de la imaginación, la fantasía y el ingenio humanos." (...)


Retrato de África


"En la realid
ad, salvo por el nombre geográfico, África no existe"

Esa es la advertencia con la que el periodista polaco Ryszard Kapuscinski empieza a dibujar con palabras algo más que un continente. Describir África en su totalidad resulta imposible. Quizá sea por eso que Ébano resulta un relato incompleto (que no inacabado), una suerte de historia despedazada e inconexa, al menos sobre el papel que no en la realidad, ya que podemos llegar a respirar esas páginas que no están escritas y que sin embargo forman parte del libro. Las palabras de Kapuscinski conforman un mosaico del continente africano por el que podemos (y debemos) perdernos para descubrir el corazón del continente. Por sus páginas desfilan elefantes y guerras civiles, leyendas y enfermedades, y con ellos todo un sinfín de detalles, anécdotas e historias contagiadas de la belleza y el dolor del pasado y presente de África.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Palabras viajeras


Aquellas palabras deambulaban por mi cabeza desde hacía algún tiempo. Tal vez buscaban un lugar seguro al que aferrarse y acabar con su perenigración. No sé si por miedo o por cautela mis labios no se atrevían a pronuciarlas por lo que aquellas palabras siguieron su incesante vagar sin llegar a establecerse en ningún lugar concreto.
Continuaron su viaje hasta que esta mañana las descubrí en la boca de mi profesora:

ÉSTE ES EL AÑO

Por fin pudieron descansar.

lunes, 5 de octubre de 2009

Deliberación...


Elegir sólo 1 de 68...

...no sé si soy capaz

(La solución: próximamente)

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Pasión por el cello


¿Pasión? ¿Quién trataría así a un instrumento tan bonito?

Sólo alguien que ha hecho de él parte indispensable de su vida

martes, 29 de septiembre de 2009

Realidades sobre el papel


Muchas veces escribir es una forma de que nuestros ojos puedan palpar y reconocer unas palabras que nuestros labios sólo se atreven a pronunciar a medias (las medias palabras existen únicamente para decir aquello que las enteras no pueden)

La realidad es que la mejor forma de escribir es viviendo

lunes, 28 de septiembre de 2009

Volver...


...al día a día (sin saber lo que pasará mañana)

...al fantástico color del otoño
...a las promesas incumplidas, pero por cumplir, y de nuevo incumplidas
...a la ilusión de un principio
...a las voces de los otros
...a intentar organizarlo todo sin agenda y a perderme en cada esquina
...a lo inesperado, a la sorpresa
................................................................(con la frente marchita)
...a escuchar con la mirada
...a descubrir personas (conocidas y por conocer)
...a un instrumento
...al trabajo constante
...a compartir escenarios (butacas y bosques de noche)
...a sumergirme en páginas y pantallas
...al sonido de cuatro (tocar cuatro y ser uno)
...

Cada verano es como si dejase la vida tendida al Sol para que se seque.
Cuando la recojo en septiembre y vuelvo a vestirme con ella, nunca estoy seguro de si es la misma (quizá alguien se equivocó y se llevó la mía)

Los ritos son necesarios.

jueves, 3 de septiembre de 2009

De doses y treses


El mundo continúa fiel a su rumbo
y sigue girando sin parar, de tal forma que podemos sentarnos en un banco o en el césped, de noche o de día, al sol o a la sombra (aunque tal vez mejor a la sombra en estos últimos coletazos de calor estival), y detenernos por una vez a observar cómo el mundo mantiene su calmado pero constante movimiento sin importarle si nosotros estamos de acuerdo con su eterna cadencia, si estamos de pie o sentados, o si queremos seguir caminando o necesitamos descansar.
Tal vez sea allí sentados donde nos demos cuenta de que el mundo lleva girando mucho tiempo. Lo hemos ido notando poco a poco... Al principio sólo fueron los columpios del parque de enfrente de casa, tal vez los antiguos necesitaran una capa de pintura, pero aquellos eran los columpios en los que pasé parte de mi infancia, aquellos eran MIS columpios... los de ahora son columpios que no me pertenecen, son columpios de otros, ni siquiera recuerdo si he llegado a tocarlos...
No sé que vino después. Puede que cerraran la papelería de enfrente del colegio. Tantas mañanas, mediodías y tardes amontonados en aquella pequeña tienda, luchando por conseguir el último ejemplar de un libro, un compás, papel charol o pegamento de barra. Cuando necesito comprar algo en una papelería pienso instantáneamente en ir allí, pero son reflejos de otros tiempos. No sé ni lo que hay ahora mismo en ese lugar, detrás de aquellas escaleritas para mí siempre habrá una papelería.
Y el mundo siguió girando y cambiaron las tiendas de sitio, panderías y farmaceúticos,evcinos, y zapaterías,.. . los pupitres se convirtieron en atriles mientras que el sonido de un violoncello me dejaba sin palabras,... al igual que Jesús también convertí el agua en vino y acabé cambiando cromos por entradas de cine, y facultades por palacios.
Sigo sentado (en el banco y en el césped). No me he movido y sin embargo yo también he cambiado. La noche ha transformado el número 2 en 3 y no me he dado ni cuenta.
Los cambios más importantes ocurren lentamente, tan lentamente que ni siquiera sabemos en qué hemos cambiado.
Al igual que el mundo, nuestra vida también se mantiene fiel a su rumbo y sigue girando sin parar, de tal forma que podemos sentarnos en un banco o en el césped, d
e noche o de día, al sol o a la sombra, y detenernos por una vez a pensar cómo nuestra vida mantiene su calmado pero constante movimiento sin importarle si nosotros estamos de acuerdo con su eterna cadencia, si estamos de pie o sentados, o si queremos seguir caminando o necesitamos descansar.


Puede que simplemente haya crecido (aunque no creo que mida más, hace ya tiempo que aquella línea que el metro pintaba sobre la pared no cambia), pero para mí es como si todos los doses se hubieran marchado en un tren del que se han bajado un puñado de treses.


(¡Qué mal suena! "3 y 3 son 6, 6 y 3 son 9, 9 y 3 son 12 y 12, 24")

miércoles, 19 de agosto de 2009

Hace 317 años


Desde hace ya bastante tiempo no pasa un día sin que me arrepienta de lo que hice. Siempre he creido en la tierra más que en el cielo y es por eso que lo que verdaderamente me atormenta no es la mirada de Dios y su iglesia, sino el sentirme pecador ante mis propios ojos, los de mi mujer y los de mis hijos.
Sabía que todo lo que está ocurriendo en el pueblo era culpa mía, pero no podía verlo, no quería verlo, ya hay demasiada culpa sobre mis espaldas. No estaba seguro de cómo terminaría todo, pero cuando el 14 de marzo acusaste a mi mujer...lo vi todo claro. ¿Así que se trataba de eso? Nunca creía que fueses capaz de llegar tan lejos.
Se la llevaron el 4 de abril. No puede hacer nada por impedirlo. ¡Fuiste capaz de mentir incluso delante mío! ¿No hay nada que pueda detenerte? ¿No decías que me amabas? ¡Tu amor es solamente odio! Un odio que sé que merezco, pero sólo yo debo ser colgado, sabes perfectamente que los demás son inocentes. ¿En qué te he convertido?
Llevo poco más de tres meses en la cárcel y hace sólo 14 días que fui juzgado y condenado junto a mi mujer. No sé si todo habrá salido como te propusiste. Sí, es cierto que van a colgar a mi mujer en cuanto dé a luz, pero para entonces, yo ya estaré muerto. Y no me importa morir porque sé que soy culpable, aunque no de lo que ellos me acusan. Sólo han sido marionetas para tus juegos.

Tú eres mi culpa.

Al fin ha llegado mi hora.

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Un día como hoy hace 317 años fui ejecutado en
Massachusetts.


lunes, 17 de agosto de 2009

A veces lo más parecido a una noche donostitarra ocurre en Madrid

...gallegas, extremeños, violistas y Claras...

Bebiéndome la noche madrileña

jueves, 9 de julio de 2009

Tinteros derretidos


El calor derrite mis dedos, las teclas e incluso mis ganas.
Un bolígrafo siempre resulta más a mano que una pantalla.
(El aire transmite mejor las ideas que el papel).
Hay mil cosas que contar y mucho tiempo.
Tampoco faltan palabras.
Me sobran los motivos...
...pero me falta dirección (y rumbo).
Redescubrir el pasado a veces significa perder ilusiones.
Chocarse siempre contra la misma pared.
Cuando no consigues ver el final del camino tal vez es que ya has llegado al final.
Me pierdo.
¿Hacia dónde me dirijo?
Tal vez la verdadera pregunta sea: ¿hacia dónde no me dirijo?
Cansado.
Cansado de conocer siempre el final de la historia (y siempre es el mismo).
Un ciclo de repetición.
El eterno retorno.
Volver a empezar.....y lo que nunca fue un problema acaba convirtiéndose en uno.
Futuro.
Ni si quiera sé lo que voy a hacer mañana.
Mañana...


(Y entre todo eso):

Aprendo cómo redecorar la casa cada dos semanas sin gastarse ni un duro//Revisores que quieren ser detectives//Carvaggios que no son Carvaggios//Discos//I Certamen de coqretas//Basel gana la batalla a mis alergias//Veo el Rhin montado en el tren fantasma//Stuttgart = decepción//Más discos//Fotos,piscinas y humedades//Alcaldes de Conil//Fiestas sorpresas...


Las historia se escribe con tinta y pluma sobre la piel...
Estoy lleno de marcas
pero me faltan historias

miércoles, 24 de junio de 2009

Cuaderno de vitácora o Lista de la compra

1 acompañante: el violoncello

+ 1 helado
+ 1 cocacola
+ 1 porción de pizza
+ 1 catedral
+ 2 sandwiches
+ 2 ríos
+ 2 libros: el final de uno (Ojalá octubre) y el comienzo de otro (Trilogía de Nueva York)
+ 4 clases de cello
+ 5 ciudades: Frankfurt > Duisburg > Essen > Düsseldorf > Köln > Frankfurt
+ 6 trenes
+ 7 horas de viajes
+ 7 paradas de metro
+ 24 horas
+ 44 fotos

+ Cientos de canciones
+ Montones de cascanueces y relojes de cuco
+ Indecentes cantidades de tiempo andando

+ Un recuerdo/imagen/instante: Colonia (Köln) (en realidad mucho más que eso)

= DEMASIADO CANSANCIO ACUMULADO

domingo, 21 de junio de 2009

Segunda parada: Lübeck (versión 2)

Freitag 19. Juni 2009
19.48 Lübeck Hauptbahnhof.
20.22 Hotel Herrenhof (Zimmer-Nr. 27).
¿Cuántas posibilidades hay de encontrar a alguien que hable castellano en una ciudad como Lübeck?
La segunda persona con la que hablo lo habla.
22.17 Rathaus, Breite Stasse.
Antes de regresar al hotel busco una cerveza alemana (negra o tostada, por supuesto). Plaza del ayuntamiento, bar de copas, viernes noche: voy a entrar..."estamos cerrando" (es lo que me dicen aunque no lo entiendo por sus palabras sino por la forma de sus palabras). ¿A estas horas? Creo que no me va a gustar Lübeck...
A punto de dar por imposible mi búsqueda descubro a la vuelta de una oscura esquina (como todas las de Lübeck a estas horas) un garito alemán: The saloon. Entro. Una camarera rubia; poco más de 40 años; todos los brazos tatuados. Cinco alemanes y una alemana. Clientela fija. Parecen sacados de alguna ciudad del medio oeste americano. Suenan los Rolling. Me quedo. Mi perfecto alemán no me sirve más que para conseguir una Murphy.
23.14 Hotel Herrenhof.
Alguien llega a la habitación 26. Oigo voces. Habla por teléfono. Una mujer. Parece joven. ¿Es castellano? De repente veo un vaso de cristal e imito la situación clasica: oído, vaso, pared...Falsa alarma: no entiendo nada. Las paredes traducen a nuestro idioma todo lo que oímos.
¿Dos personas que hablen castellano en Lübeck en tres horas? Imposible.
Samstag 20. Juni 2009
04.33 Zimmer.
Me despierto. El sol ciega mi habitación. A estas alturas de año amanece a las 04.00 en Alemania, un país que no conoce el concepto de persiana (también tienen quivocado el concepto de almohada). Vuelvo a dormirme en intervalos de 30 minutos.
07.00 Esszimmer.
Desayuno. Descubro a mi vecina de habitación. Aparentemente mi edad. Vestido negro. ¿Será músico? (¿Se puede decir música?) No le oigo hablar español.
07.59 Musikhochschule.
Llego al conservatorio. Ella está. Violinista. Viene a hacer pruebas.
09.36 Musickhoschschule.
¿Hablas español? -escucho. Resulta que sí que había escuchado hablar a dos personas español en mis primeras 3 horas en Lübeck.
12.51 Musikhochschule.
Decidimos ir a comer juntos (horario alemán). Salimos a la calle. Diluvia. Buscamos un restaurante. Un italiano. Completamente entero para nosotros. Entramos empapados. Una mesa. Una rosa. Nos encienden una vela.
13.45 (...)

Segunda parada: Lübeck (versión 1)


Si hay algo que caracteriza Lübeck debe ser su inexistencia. Puede parecer extraño, pero cualquiera que haya estado alguna vez allí lo sabe: Lübeck no existe, y esto no es así tanto por su condición de ciudad fantasma (condición que no deja de poseer) como por tratarse de una ciudad de cuento.
Sólo una ciudad de cuento puede poseer tantas casas de chocolate en cuyos interiores Hänsel y Gretel luchan entre la vida y el azúcar.



Iglesias que podrían ser castillos, oscuros pasadizos, plazas donde bien pudieron realizarse justas medievales...y todo ello en una ciudad que no es una ciudad, sino una isla que dos ríos separan de la realidad. Una ciudad de tejas rojas. Una ciudad de frío escandinavo, brisa oscura y luz tenebrosa (especialmente bajo los enormes picos verdes de sus iglesias).
No me extraña que una ciudad con casas que protagonizan historias (Los Buddenbrook) haya dado a luz a dos genios: Thomas Mann y Günter Grass.

Mientras el león que vigila a la entrada de la ciudad siga soñando con ella, no hay problema de que desaparezca.


miércoles, 17 de junio de 2009

Deutsch

He llegado a la conclusión de que el alemán no es tanto un idioma como un juego. Y cualquier persona que haya sido niño alguna vez lo sabe. ¿Qué niño no se ha sentado alguna vez bajo la sombra de la torre de babel y ha necesitado-elaborado-y-utilizado un idioma creado por él mismo? Fue así como nacieron los idiomas de una sola vocal o aquellos en los que el orden de las sílabas se invertía (aunque tal vez tampoco sean tanto idiomas como secretos).

Últimamente sospecho que los alemanes nunca dejaron de jugar a ese juego, sólo que en vez de convertir todas las vocales en la misma, fueron quitando vocales poco a poco de sus palabras (a veces las maquillaban con diéresis) para convertir su lenguaje en un laberinto de consonantes. Pero el juego preferido de aquellos niños (en realidad, expertos lingüistas) era aquel de encadenar palabras (ya sabéis, la última sílaba con la primera de la siguiente), y así fue como muchas de sus palabras dejaron de serlo para convertirse en enormes dinosaurios capaces de devorar no sólo oraciones, sino párrafos enteros.

Son muchos los niños que han jugado al alemán; desde Goethe hasta Hermann Hesse, pasando por Rilke, Schopenhauer, Freud o Thomas Mann; pero aunque pueda parecer un juego complicado, también es divertido y, a veces, incluso bonito. Sólo hay que pensar en el sonido de Die schöne Müllerin, Winterreise o Schawanengesang en la voz de Fischer-Dieskau.

Sin embargo, si me dieran a elegir, yo me quedaría con esas grotescas aunque caprichosas consonantes (ges, erres, eses y tes) que la garganta de Ute Lemper escupía hasta convertir en casi obscenas.





Habrá que aprender a jugar.

martes, 16 de junio de 2009

Primer mandamiento veraniego


1. ODIARÁS EL CALOR SOBRE TODAS LAS COSAS


...también en los días nublados.

(especialmente si vas a casa de alguien alguno de esos días y, como relacionan nubes con frío, tienen encendida la calefacción)

¿Calefacción? ¿¿En junio?? ¿¡¿¡Estamos locos!?!?

Si quieres sudar...¡vete a una sauna!

viernes, 12 de junio de 2009

Coleccionando signaturas


La primera vez que me enfrenté a la tarea de recaudar firmas fue en mi
primera comunión. Un álbum en blanco y una misión: conseguir las dedicatorias y firmas de todos mis familiares. Empresa que cumplí con éxito (asegurado) y con poca motivación (y la que había: paternal).

Tuvo que ser durante el primer entrenamiento del primer Madrid de Capello cuando descubríera el afán que posee a la gente cuando va en busca de esos preciados garabatos.
También en mi adolescencia visitaría las puertas de atrás de numerosas salas de conciertos con la intención de conseguir cruzar unas palabras (además del preciado autógrafo) con los cantantes de los discos que empezaban a inundar mi habitación.
Poco después me convertiría en un asiduo de los camerinos del Auditorio Nacional y del Teatro Monumental cada vez que un gran cellista, violinista o pianista visitaba Madrid.
Hasta hace poco todavía compartía alfombra roja (o calles donostiarras en su defecto) con Woody Allen, Lauren Bacall, Terry Gilliam, David Cronemberg, Isabel Coixet o Leonor Watling.


Para ser que ahora toca ser acosador de escritores...

Luis García Montero
....sí le!
Juan Cruz
....sí le!
Javier Marías
....
sí le!
Almuedena Grandes
....sí le!
Juan José Millás

....sí le!
Juan Marsé
....no le! (mierda!)


Para todas mis estaciones de paso.

jueves, 11 de junio de 2009


Poniéndole banda sonora a la noche...




...porque estas noches que ya saben a verano,
aunque sigan vistiendo de primavera, no permiten el silencio

(ni siquiera el mío)

miércoles, 10 de junio de 2009

Un cuerpo de nombres (y sus sombras)


Qué desgracia saber tu nombre aunque ya no conozca tu rostro mañana, los nombres no cambian y se quedan fijos en la memoria cuando se quedan, sin que nadie pueda arrancarlos.

Busco nombres y a veces encuentro rostros (más o menos difusos). Hay veces que veo rostros y sólo puedo asociarles historias, mentiras, e incluso nombres. Otras veces no encuentro nada.
No sé si somos nombres, pero casi siempre es lo primero que conocemos de alguien. Puedo nombrarte (con mi boca o mi cabeza) pero si te miro a los ojos siempre me encuentro con el desorden de tu nombre.
Y sólo entonces me doy cuenta de que Lili Marleen simpre ha tenido para mí el nombre (y el rostro) de Ute Lemper o Marlene Dietrich. Dos personas, dos rostros pero un mismo nombre.
En los sueños es como si los nombres bailaran un vals con los rostros. Todos se confunden y se mezclan, y ya no importa quién es quién, ni si él es ella, o yo soy tú. Sé que al final de la noche los rostros se desharán de sus nombres y los nombres se sentirán desnudos sin sus apellidos.
Con las ciudades es igual que con las personas. Un día estás en Estambul y al girar la calle ya es Bizancio o incluso Constantinopla. ¿Ciudad o recuerdos? Intentamos designar con nombres los lugares, y sin embargo los lugares comunes de nuestra infancia hace tiempo que cambiaron de nombre.
Me miro al espejo (mientras me afeito o me lavo los dientes) y no sé si soy Álvaro, Yoren o Cello. (Es casi imposible no acabar siendo quien los demás creen que eres). Pero ni siquiera sé si soy el mismo de ayer o de hace un año. Y no es que uno no cambie, sino que el espejo no tiene memoria.
¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo? Cuando te pregunto quien eres, la respuesta nunca puede ser un nombre.

Un nombre puede poseer la terrible virtud de ser inolvidable, algo cuya imagen puede acabar por hacer enloquecer a la gente. Pero además de nombres inolvidables también hay nombres que no podemos olvidar (que no tiene porqué significar lo mismo).
Podemos convertir un nombre en una oración, un conjuro, una canción o una receta.

Pero raras veces un nombre es sólo un nombre

Tu nombre en mi nombre En tu nombre mi nombre
Uno frente al otro uno contra el otro uno en torno al otro
El uno en el otro
Sin nombres



sábado, 6 de junio de 2009

Planificando veranos


Después de terminar la carrera y vivir un año plagado de cosas que no aumentan en ningún caso mi currículum académico (que sí el vital) se anunciaba un verano de reclusión (al menos toda la reclusión que permite un verano) para terminar mi Trabajo de Investigación de Fin de Carrera o T.I.F.C. Sí, ese trabajo que terminé hace 4 años y que hoy está sin acabar (hoy y hace 6 meses). Un verano en Madrid...¿quién podría resistirse al encanto de ese imsomnionocturnoestivalmadrileño de 40 grados centígrados?
Pero es entonces cuando empiezan a surgir nombres de lugares: Lübeck, Frankfurt, Basilea, Stuttgart, Donosti, Conil, Algarve, Almuñécar, Campello, Santiago de Compostela, Valladolid, La Cañada...
Y ya me veo un verano más deambulando por toda la geografía española (y parte del extranjero) cual orquesta de pueblo: de feria en feria/de bar en bar/de noche en noche/de botella en botella...
Y encima con el T.I.F.C. a cuestas: un montón de folios, de discos, de partituras...
¿Por qué siempre hay algo que se cuelga a mi espalda?


miércoles, 3 de junio de 2009

Aritmética, poesía y música

Luis García Montero + Joaquín Sabina = Ángel González

Primero la casualidad puso en mis manos un disco de Sabina.
Un día al salir de casa supe que la única razón por la que lo había hecho era comprar el último libro de Luis García Montero.
Hoy puedo leer poemas de Ángel González incluso en el metro.

Unamuno pensaba que la música que no es música, es poesía

Sabina y García Montero: dos caras de una misma moneda

Cuando busco el verano en un sueño vacío,
cuando te quema el frío si me coges la mano,
cuando la luz cansada tiene sombras de ayer,
cuando el amanecer es otra noche helada,

cuando siento piedad por sentir lo que siento,
cuando no sopla el viento en ninguna ciudad,
cuando ya no se ama ni lo que se celebra,
cuando la nube negra se acomoda en mi cama,

cuando juego mi muerte al verso que no escribo,
cuando sólo recibo noticias de la muerte,
cuando corta la espada de lo que ya no existe,
cuando deshojo el triste racimo de la nada.

cuando despierto y voto por el miedo de hoy,
cuando soy lo que soy en un espejo roto,
cuando cierro la casa porque me siento herido,
cuando es tiempo perdido preguntarme qué pasa
,

sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra,

al otro lado de los apagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Luis García Montero





Puedes encontrar a Ángel González en el nuevo libro de Luis García Montero (Mañana no será lo que dios quiera) y en el próximo disco de Joaquín Sabina (¿Vinagre y rosas?)

martes, 2 de junio de 2009

día 2

El 2 es un número que poco a poco ha ido adquiriendo tu sabor, aunque unas veces sepa amargo y otras dulce.

Viajamos juntos durante 2 años, y aunque ambos pasáramos bastante tiempo en diferentes vagones con otros pasajeros, era una suerte poder sentirse como en casa cada vez que volvía a mi asiento (supongo que porque sabía que el tuyo estaba a mi lado). Me gustaría conocer a quien nos vendió tan acertadamete los billetes.
Pero aquel tren llegó a su última parada y nuestros destinos nos obligaron a los dos a coger otros trenes.
Desde entonces otras personas se han sentado a mi lado, algunos rostros que ya conocía y otros que me eran completamente extraños pero que poco a poco se han convertido en habituales. Pero si alguna vez volvemos a viajar en el mismo tren, sabes que tienes un asiento reservado junto al mío.

Hoy vuelve a ser día 2. Y aunque los paisajes de nuestras ventanillas sean distintos, sigo escribiéndote como si fueran el mismo.

domingo, 31 de mayo de 2009

Empezar a andar


La primera palabra (y)
los primeros pasos

el primer amigo
el primer amor
el primer beso
el primer polvo

Si algo define una primera vez es la inseguridad: la certerza de no saber lo que va a ocurrir a continuación
...la sorpresa...la novedad...la curiosidad...
...la ilusión...la emoción...la intuición...

Como en toda primera vez desconozco dónde me llevará este tren (hacia un patio de butacas o hacia una ciudad de palabras que no consigo entender)

Pero vuelvo a sentir la ilusión (y la incertidumbre) de las primeras veces
...de la primera página de un libro
...de las primeras notas de un concierto
...de las primeras miradas que se cruzan en una noche


Siempre llevé conmigo
a las tabernas y a los viajes
el lugar donde puse mi primera mentira
y donde dije mi primer silencio


Creo que ya tengo todo en la maleta
Estoy listo para partir