sábado, 20 de febrero de 2010

Redescubriendo la noche


Hay días que la noche madrileña se convierte en una canción de Sabina más fácilmente de lo que uno espera. Por otro lado, pocas cosas puede haber más sabinianas que la noche de Madrid.
Y nos vemos cerrando bares y habitando buhardillas.
Encerrado entre una conversación inesperada y una mujer desconocida.
Y al despertarnos ya avanzada la mañana del sábado, un nombre y un número de teléfono apuntado con bolígrafo en la mano nos recuerda los sabores de la última noche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm

muy sugerente

:-D